Hoy una serie de casualidades (o no) me hicieron llegar hasta un video, donde una persona que sobrevivió a un accidente aereo relata las 3 cosas que aprendió durante los minutos que creyo que iba a morir.
Una de ellas me impacto y aunque suena a iluminacion mariana, fue como que de repente me di cuenta de algo que nunca habia visto. Él lo resume fantasticamente con una frase:
Ya no trato de tener razón, elijo ser feliz.
Me paso el dia enfadandome y pillandome berrinches en el trabajo por cosas con las que no estoy deacuerdo, en el metro o la calle con gente maleducada e incivica o lo peor, con mi pareja por la simple convivencia. Discutiendo simplemente por demostrar que tengo razón. Y si no me afectará esos momentos, no importaría, bueno si importa si afecta a la gente que quiero. Pero el caso es que la mayoria de veces, los demas se quedan tan anchos y soy yo la que me quedo afectada...
De verdad vale la pena?
Si sumara todos esos momentos en uno, no quiero ni pensar la de dias o años que habré pasado enfadada o indignada en los 37 años vividos. No me extraña que si ves claro que tu tiempo en esta vida se termina, te des cuenta lo idiota que has llegado a ser por perder tanto tiempo siendo infeliz por idioteces.
Quiero aclarar que no se trata de que todo te de igual, de no luchar por nada o no defender ninguna idea o postura. Se trata de no hacerlo por cosas que no tienen importancia.
Y es que cuando vives en pareja por ejemlo, se llega a discutir por si se olvido uno apagar el ambientador...
En el caso de que lo que se discuta sea importante, la clave sería hacerlo serenamente, dejandole claro a la otra persona, que no estoy deacuerdo o que no voy a tolerar lo que sea. Pero sin atacar, sin sufrir.
Y no, no os equivoqueis, no es que lo vea facil o que crea que lo voy a conseguir, de hecho creo que me va a ser casí imposible. Pero como mínimo ahora tengo claro que es un objetivo a conseguir. Y es que es algo que a mi personalmente, me resta muchas horas de felicidad. Y quiero cambiarlo.
Quiero recordar esa frase... tanto, que aunque suene a que estoy zumbada perdida, (puede que un poco si lo este) me la tatuaría en el antebrazo, para que en uno de esos gestos impetuosos de mis argumentaciones, la viera y dijera: Sabes que? que no importa. Y pasar a invertir mi tiempo en otra cosa mejor.
Por suerte tengo un gran maestro a mi lado, que es capaz de que le diga de manera borde que no haga ruido con la cuchara al mezclar el postre. Y él , mirarme con una mueca graciosa y darle 10 veces seguidas al tazón. Revelandose , sin perder el humor, sin discutir y sin perder el tiempo... y lo mejor, desarmandome mi idiotez con una sonrisa.
Para los que quieran ver el video inspirador de la entrada ir aquí