Cuando te conocí tenia tanto miedo de equivocarme... que te juzgué antes de tiempo, pensé que contigo me complicaría la vida, que tendría que hacer mas de madre que de pareja.
Me parecía que necesitabas mas un persona que te ayudará a salir de una vida que no te gustaba, que una mujer con la que disfrutar de una relación desenfadada y feliz.
Creí que a nivel de aficiones y gustos no tendríamos nada en común y no quería volver a cometer el error de creer que los polos opuestos se atraen.
Como tenía claro que no quería ser nada mas que tu amiga, pensé en decírtelo cuanto antes, pero no encontraba las palabras adecuadas, no quería ofenderte ni que te sonara a la típica escusa... no hizo falta, ahí me demostraste por primera vez, lo equivocada que estaba contigo. Pude ver que eras una persona madura, que curiosamente tiene mucha inteligencia emocional. Te me adelantaste, y para que no tuviera que deshacerme en escusas, me dijiste creías que era mejor que nos conociéramos como amigos, sin mas. Parecía que supieras todas las dudas que tenía sobre ti, sin haber dicho ni una sola palabra sobre el tema.
Pasaron los días y una mañana que estábamos chateando, mientras me contabas que ibas a salir a comprar los regalos de navidad para tu familia, pensé en ofrecerme para acompañarte, era una buena manera de conocernos en persona, sin ser una cita a ciegas. y vaya si fue una buena idea...
Una de las mejores que he tenido en la vida.
Lo primero que vi de ti, fue tu preciosa sonrisa, y es que desde que me viste a parecer a lo lejos comenzaste a sonreír, ideal para rebajar el nerviosismo de verse por primera vez. Aunque lo que de verdad me fascino fue la sensación que tuve al sentarme en tu coche.
Se podría definir como : "Ya estoy a salvo, ya estoy en casa..." Si, lo sé, es extraño pero así fue, de hecho tu lo notaste y siempre me recuerdas que te encanto notar lo cómoda que me sentía a tu lado.
Cuando te miré por primera vez directamente a los ojos, me encantaste, me gustaba muchísimo tu mirada, era sincera, feliz, y llena de vida.
Y es que en poco tiempo comprobé, que todo aquello que pensé que necesitabas, madurar, mejorar tu vida etc... lo habías hecho ya tu solo, sin ayuda de nadie, antes de meter a nadie en tu vida, mejor no lo podías haber hecho.
Mi imagen de ti había cambiado mucho en muy poco tiempo, solo necesité verte en persona para olvidar todos los prejuicios que tenía contigo , me gustabas, y mucho.. Creo que los dos olvidamos lo de ser amigos desde el momento en que nos miramos por primera vez. De echo horas después conseguiste que tuviera unas ganas locas de besarte y es que me lanzaste la mirada mas sexys que he visto en mi vida... dios!! como un sola mirada puede decir tanto...
En las siguientes citas no nos hizo falta palabras para decirnos que habíamos cambiado de idea los dos sentíamos lo mismo y todo surgió solo y rodado.
De esto ha pasado ya casi un año y ha sido increíble, me has dado todo lo que siempre quise y es continuamente tengo la sensación de tener un tesoro entre mis manos.
He descubierto que no solo tenemos mil cosas en común, si no que no necesitabas que yo te cuidara, al contrario, contigo aprendí a dejarme cuidar.
Me haces sentir querida y especial, sabes comprender mi humor y te encanta, no prestas atención a mis defectos, y sabes ponerme en mi sitió si es necesario. Sin dejar de hacerme reír, porque no hay un solo día que no me hagas reír a carcajadas o que no me sienta la mujer mas querida y afortunada del mundo.
Hasta el deseo (que tenía miedo que fuera a menos con el tiempo) sigue igual que el primer día o mas. Me encanta que aunque haya pasado un año nos besemos como en la primera vez. Que no necesites ni tocarme para que te desee.
A tu lado me siento serena, tranquila, ningún enfado me dura, me siento completa no necesito más, como ser madre, es algo que me encantaría pero que si por alguna motivo no puedo serlo, se que con cuidarnos mutuamente todo la vida tendré suficiente.
Gracias por este año maravilloso, Te amo.