Que quizá por ser la 4 hija en llegar o porque el destino así lo decidió, su madre nunca quiso.
Sus problemas de salud le dejaron secuelas que tuvo que arrastrar durante el resto de su vida. Gracias a las secuelas físicas y las psicológicas (por la falta de cariño en casa) nunca tuvo la autoestima necesaria para no dejarse pisar por todos los que lo quisieron hacer.
Como el por el amor de su vida, que la dejo el mismo día que (sin saberlo) la dejo embarazada.
Intentó ser fuerte y llevar a esa niña sola adelante sin decírselo al padre, que sabia que no la quería y que en el caso de que se quedara con ella no seria por amor.
Pasaron un par de años y conoció a otra pareja, que pasado un tiempo de estar juntos, la dejo de nuevo embarazada. Esta vez si comunicó la noticia al padre. Pero él decidió salir corriendo...
Ella y su pequeña, vivían en casa de los abuelos maternos, ya que a parte de ser joven y no haber terminado los estudios, trabajaba en un negocio familiar.
Así que, aunque consiguió disimular el segundo embarazo casi entero, por miedo a lo que dirían sus padres. Finalmente tuvo que contarlo y aunque comprendía que no se lo iban a tomar bien, nunca imagino como iba a reaccionar su madre , que la obligó a dar en adopción a ese segundo hijo, bajo la amenaza de echarla a la calle con el recién nacido y quitarle la tutela de su primer hija, que tenia los apellidos de los abuelos.
Se asusto tanto, que cedió antes las amenazas de su madre y decidió firmar la adopción.
Al fin y al cabo, que vida le podía dar a ese bebe, sin dinero, sin trabajo ni estudios y en la calle. Seguro que la famila que la adoptará le podia dar más que ella. Por otro lado era incapaz de imaginarse la opción de perder a su pequeña, a la que tanto quería.
Cuentan que paso un año sin salir de casa, y que cuando apareció en su vida el padre de su primera hija, le contó lo sucedido el día que rompieron su relación y aunque sabia que no la quería, creyó que aceptar su oferta de formar una familia juntos, era la mejor opción para su hija y para salir de esa casa donde ni la respetaban ni la querían.
Pasaron los años y sucedieron muchas cosas, entre ellas separarse y deshacerse de un marido y padre, que nunca quiso ni a ella ni a su hija y que tan difícil les hizo la vida.
Después de aquello sus vidas cambió y aunque fue duro, siempre ha sido para mejor.
Cuando creeian que vivian en un pequeña balsa de aceite a llegado una ola, un gran ola casi un tsunami... Pero de felicidad.
El hijo (que era hija) que dio en adopción ha apareció en sus vidas. Ha estado buscando a su madre biológica, desde hace tiempo y por fin la ha encontrado. A ella y a su hermana.
De momento solo a podido conocer en persona a su madre, no quería pedir explicaciones porque algo le decía que su madre la dio en adopción porque no tuvo otra opción, solo quería abrazarla en persona, conocer sus orígenes y a su familia biológica.
La protagonista de esta historia no puede ser mas feliz, por fin pudo dejar de sentirse culpable, por fin pudo quitarse la mochila de dolor y ausencia que la a acompañado estos 33 años en los según dice, ni uno solo día dejo de arrepentirse de su decisión y de pensar que no valía la pena buscar a su hija porque seguro que no querría saber nada de ella, por haberle abandonado. Pero por suerte estaba equivocada y al fin estan juntas.
Esto que parece un telefilm,no es más que la vida real, que a veces supera la ficción.
Si, tengo una hermana de casi 33 años, yo que pensé toda la vida que era hija única...
¿Qué, cómo estoy?
Asimilándolo, aunque feliz.