viernes, 23 de mayo de 2014

Vuelvo, aunque sea un ratito.



Hola a todos!

No suelo comenzar las entradas saludando, pero después de tanto tiempo, que mínimo que saludar no?
No ha sucedido nada nuevo en mi vida, que me haya impedido escribir, sólo falta de inspiración y tiempo.
Quería agradeceros los comentarios y correos diciendo que me echáis de menos o preguntando  si todo va iba bien. Me encanta saber que os acordáis de mi tanto como yo de vosotros.

Y dicho todo esto, me apetece compartir con vosotros, algo que ronda mi cabeza últimamente.

Los que os sabéis leído todo el blog o me conocéis, sabréis que me encantan los niños y que siempre quise ser madre, pues bien los niños me siguen gustando, pero la ganas de ser madre ha bajado de intensidad muy significativamente.
Hubo un momento en que me di cuenta que era muy feliz también sin ser madre y que aunque imagino que tiene muchísimas cosas preciosas serlo, no serlo también tiene sus cosas buenas.
No se algo cambió y cada vez he ido notando más fuerte, esa "no" necesidad de ser madre. 

Bien, pues después de poneros en situación, os contaré que gracias a una amiga que trabaja en un departamento relacionado con la protección al menor.  Que me dio a conocer un reportaje relacionado con su trabajo, de niños que han pasado infancias difíciles y que un día un juez decidió retirar la custodia a sus padres. Descubrí las familias de acogida, y de repente vi que ser madre de ese modo me apetece mucho!

Para los que no sabéis de que se trata o en que se diferencia con ser una familia adoptiva, os explicaré que la diferencia más importante es que la familia de adopción es definitiva, una vez te dan la custodia del niño o niña ya eres su padre o madre (con su correspondiente seguimiento inicial)  para toda la vida. En cambio una familia de acogida solo es temporal. 
Este tipo de familias existen para que los niños que son separados de su familia no tengan que vivir en un centro de menores, si no que vivan en un hogar con sus padres de acogida, con una vida lo más parecida a la vida de cualquier otro niño.

Hay dos tipos principalmente:
Las acogidas de urgencia: para bebes de 0 meses a 2 años, que están contigo máximo 2 años, hasta que normalmente los adoptan sus padres definitivos o si su padres recuperan la custodia. (no todos los padres que pierden la custodia es porque les hayan dañado de algún modo, si no porque no están en disposición de hacerles de padres, por diversos motivos, y eso con suerte puede cambiar)
Después están las acogidas de larga duración, que pueden ser niños o chicos hasta la mayoría de edad, estas no tienen limite de tiempo y depende de la edad que tenga el acogido pueden ser muy duraderas, por que por desgracia las personas que adoptan no suelen querer niños mas mayores de 2 o 3 años. Pero eso no evita que puedan tener suerte y ser adoptados definitivamente o recuperar a su familia. 
En todo caso la custodia en ningún caso es de la familia de acogida si no del estado, incluso el estado es el que paga la manutención de ese niño o niña hasta los 18 años.

La posibilidad de que en cualquier momento se marchen de casa,  es lo que hace que no me lo plantee para ahora mismo. Separarse del niño acogido puede ser muy duro,  por que lógicamente se les coge muchísimo cariño y creo que antes de hacerlo debo prepararme en varios sentidos pero sobretodo psicológicamente. Pero a la vez no quiero dejar de hacerlo por no hacer el esfuerzo de prepararme y superar mis debilidades, porque soy muy emotiva, sensible y cojo apego fácilmente, pero a la vez se que soy muy fuerte y he creído mucho emocionalmente para la edad que tengo  y he superado grandes dificultades.

Para ver como habían llevado la experiencia las familias que han pasado por ello, busque reportajes entrevistas, vídeos, debates, leido webs especilizadas etc y todos los padres de acogida coinciden en que es muy duro separarse de ellos. Pero también que lo gratificante que es, hace que valga la pena. Incluso los que hacen acogidas de urgencias dicen que como enseguida tienen otro bebe en casa (hay mucha demanda porque hay pocas familias dispuestas hacer de padre de acogida)  y la llegada de es nuevo niño les hace que sea menos dura la despedida del anterior. 
Justo esta posibilidad de ayudar a varios niños pequeños o mayores me hace que apetezca más ser madre de acogida que adoptiva. 

La experiencia de mis problemas en la infancia y la posterior superación de la mayoría de mi dolor, carencias y secuelas emocionales, creo que puede ayudarme a empatizar con esos niños. Quizá hasta mejor que otros padres para los que les es más difícil imaginar lo que se siente en esas situaciones. 

Pero como os decía soy consciente de que  tengo que valorar muy bien los pros y los contras, para ver como poder hacerlo sin dañarme a mi misma. 

Alguien se anima a opinar?  Esto también va para los que leéis el blog en silenció normalmente.

Walden , y tu como profesional que opinas? Crees que se puede trabajar para llevar mejor la separación en esos casos?

Besos